miércoles, agosto 16, 2006

¿Acaso mi sangre no cuenta?

Por lo general, no me importa quedar excluído de ciertos círculos sociales pero, por primera vez en mi vida, me he sentido mal por ser rechazado.

Ya le había comentado a muchas personas de mi afición por donar sangre, sólo le he hecho dos veces en mi vida, pero me parece una buena acción así sea sólo para salvar vidas de personas desconocidas.
Pues, ¿cómo les parece, mis queridos pan de trigo, que hoy me rechazaron como donante?
Si, señores. Aparentemente el hecho de ser sincero es causante de ser no apto para donar.
Discúlpenme la ignorancia y corrijanme si me equivoco, pero tener relaciones sexuales con personas del mismo sexo (sólo una, de hecho) no modifica las características esenciales de la sangre humana.

Aparentemente, la sociedad, dentro de sus concepciones, no puede escuchar la palabra HOMOSEXUAL porque, automáticamente viene a sus mentes la definición de PERRA, NINFÓMANA, ENFERMA SEXUAL QUE SE ACUESTA CON MILLONES DE PERSONAS DEL MISMO SEXO Y QUE TIENE EN SU SANGRE MAS MALES QUE LA CAJA DE PANDORA (SIN LA ESPERANZA, CLARO ESTÁ).



Triste. MUY TRISTE.


Namasté.

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