miércoles, agosto 16, 2006

¿Acaso mi sangre no cuenta?

Por lo general, no me importa quedar excluído de ciertos círculos sociales pero, por primera vez en mi vida, me he sentido mal por ser rechazado.

Ya le había comentado a muchas personas de mi afición por donar sangre, sólo le he hecho dos veces en mi vida, pero me parece una buena acción así sea sólo para salvar vidas de personas desconocidas.
Pues, ¿cómo les parece, mis queridos pan de trigo, que hoy me rechazaron como donante?
Si, señores. Aparentemente el hecho de ser sincero es causante de ser no apto para donar.
Discúlpenme la ignorancia y corrijanme si me equivoco, pero tener relaciones sexuales con personas del mismo sexo (sólo una, de hecho) no modifica las características esenciales de la sangre humana.

Aparentemente, la sociedad, dentro de sus concepciones, no puede escuchar la palabra HOMOSEXUAL porque, automáticamente viene a sus mentes la definición de PERRA, NINFÓMANA, ENFERMA SEXUAL QUE SE ACUESTA CON MILLONES DE PERSONAS DEL MISMO SEXO Y QUE TIENE EN SU SANGRE MAS MALES QUE LA CAJA DE PANDORA (SIN LA ESPERANZA, CLARO ESTÁ).



Triste. MUY TRISTE.


Namasté.

martes, agosto 01, 2006

L:O:V:E:

La versión colombiana del San Valentín gringo se acerca y me he estado preguntando acerca del amor.
Los cantantes cantan sobre él, los poetas declaman de él, los odiosos odian todo acerca de él, pero, de verdad alguien alguna vez ha sentido el calor interno del que está hecha la vida?
No lo creo.
No luego de ver el rumbo que lleva el mundo.
No después de sentir los pecados capitales rondando mi cabeza y viéndolos escapar de los pensamientos de todos.
No luego de ver los medios promoverlo bajo otros nombres como dinero, poder y belleza, haciéndome (y haciéndonos) buscarlo bajo esos nombres.
No luego de sentir mi corazón congelado, como canta Madonna, y congelando mis manos por el roce de un ser insensible.



The Colombian version of St. Valentines is approaching and I been questioning myself about love.
Singer sings about it, poets declaim about it, haters hate everything about it, but, I mean, have we ever really felt the intern heat that life is made of?
I don’t think so.
Not after watching the curse that world is fallowing.
Not after feeling that capital sins going round my head and watching them escape from everybody’s thoughts.
Not after watching the media promote it under other names like money, power and beauty and making me (and all of us) search for it under those names.
Not after feeling my frozen hart, as Madonna sings, and freezing my hands by the touch of a senseless being.