Así podría denominarse Sincelejo. El lugar donde caminar por la calle, cual vaca , pareciera ser permitido. El lugar donde todos hablan de todos y nadie sabe de nadie. El lugar donde las motos son el primer poder. De grandes sabores dueña y dadora de grandes sinsabores. El lugar donde mi madre amó a mi padre. El lugar donde mi padre rompió el corazón de mi madre. El lugar del que un día partí y en la que se quedó la gente que amo.
El lugar del cual soy hijo y en la cual aprendí valores y defectos. El lugar al que no odio pero tampoco llego a amar.
Los pocos días que pasé en la costa, donde mi familia, fueron largos y aburridos, pero no por la particular forma de ser del sitio si no por las ansías que ocupaban mi mente el total de los días. Ansias con nombre propio y ajenas a ese lugar y que sólo mermaban al escuchar una voz, tambien particular, al otro lado del auricular.
Muchos (mal)gastos que ayer logré contabilizar (más no justificar) en su totalidad.
En fin, el año viejo me dejó con poco dinero y con el sinsabor de no pasar más tiempo con mi familia, a la que no veo frecuentemente por pasar el 31 junto a quien calmaría mis ansias, pero quien no lo hizo tal día :( arrepentido de haber adelantado un viaje para una fecha particularmente atravesada.
Namasté a todos.
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