Es inevitable acordarme a cada momento que dentro de 15 días ya no estarás a mi lado y es igual inevitable, aún estando en la oficina, dejar que mis ojos se llenen de esa agua salada que tanto odio dejar salir. Aún cuando predico el vivir el momento, no me puedo hacer a la idea que vamos a pasar tanto tiempo lejos... Son muchísimos más kilómetros que los que había que recorrer para encontrarnos, muchos más.
La imagen la tomé prestada de http://grayhood.com/
Namasté a tod@s
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