viernes, mayo 26, 2006

No sé que pasará...

“Cielo y tierra pasará, más tu palabra no pasará”, dice una canción que canta (¿o cantaba?) mi abuela en misa. ¿En realidad ella está segura que eso pasará o sólo es la canción que estuvo de moda en la iglesia y la marcó? Yo, por mi parte no se que va a pasar. Me está empezando a gustar un profesor de la “u” con el que salí el viernes y algo (tal vez el ego) me dice que el también gusta de mí.

¿Él? siempre me agradó mucho, es intenso, gordito con una cara adorable con un conocimiento amplísimo debido a su constante formación. Es publicista, está remetido con el cuento del cine (lo que me gusta) y sabe inglés y más bien bastantito de alemán. En este momento trabaja con el departamento de publicidad de Metro seguridad desde su casa. Un acuario de 27 años que mide… mucho, es re-alto. En su casa (su mamá y su hermano mayor) saben que salta la cuerda. No es fanático de ninguna religión (100 puntos) o equipo de fútbol (de esto último no estoy seguro, rayos). Glotón cuando está ansioso (muy a menudo, creo). Sedentario (creo, también). Lo malo: tendencia a la psico-rigidez.

¿Yo? Intenso según el estado de animo (no tan intenso, últimamente), con una cara más bien chistosita y una bemba deseada por muchos (tocada por pocos), una risa de bruja muriendo ahorcada, quemada y lacerada con cortaúñas junto con su gato histérico. Queriendo aprender otro idioma, otra carrera, otro mundo. Metiéndome en el cuento del conocimiento propio y del hombre, en general, experimentando toda actividad que me llame la atención, pasando desde la costura hasta el patinaje en línea y antojándome del manejo de la voz, la filosofía y el italiano. Trabajando en Intermedia, una agencia algo fuera de lo común, sin peliverdes, lo cual es bueno; sin pelirrojos (lo cuál no es tan bueno, jiji); más bien peliblancos, pero de canas (Albita, mua). Virgo de 22, con una altura de 1,73, promedio tirando a chaparro (mentira, ya no me choca mi altura). En mi casa todos saben que estoy en la natillera (claro está, no vivo con mis padres, totalmente desentendidos del tema, yeah right). Una mente sincretista religiosa, no fanática y algo falta de fe y una visión de mundo que oscila entre el positivismo y la depresión por el aparente futuro de este. Glotón (ansioso o no) pero con un gasto energético suficiente para no pasar de peso. Aprendiendo a querer mi cuerpo y por tanto toda actividad que me beneficie física y mentalmente. Lo malo: El perfeccionismo estético, una variable de la psico rigidez.

¿Ambos? Cari tortas, llenos de miedos, con ganas de enseñar todo lo que sabemos a los que nos rodean. Actitudes pasivas de niño sin ganas de despertarse de la cama. Amigos que nos quieren mucho y nos aceptan como somos, aunque a veces les saquemos la piedra. Tendencias a dar mucho (tal vez por miedo a la no aceptación).

¿Compatibilidad? Mi mente racional no es capaz de sacar estos cálculos ¿puede alguna?, no fui bueno para trigonometría y las operaciones del corazón no son mi fuerte. Si sé que hay un vacío en el mío y mi mente me ilusiona con cualquiera que se parece. Él parece ser muy buena persona, Sandra, mi control de calidad ya le dio la primera aprobación, eso es buena señal.

Pero, somos más bien diferentes, quiero inclinarme hacia la locura y él pretende la cordura. Como digo con frecuencia, “no sé”…pero confío en la ley de opuestos en la búsqueda del equilibrio.

Maja, si lees esto, por favor, no me culpes, ya sabes por que.


Namasté.

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